Cada día resucito de entre los muertos
sólo para poder mirarte y contemplar
esa sonrisa que se dibuja en tu boca
y como se esconden bajo los párpados tus ojos negros.
Cada día yo me muero porque tu no me miras
que supieras que existo a mi me salvaría
de ahogarme en llantos y agonías
bebiendo solo cerveza fría.
Nunca en mi vida te he dicho nada
sé que oportunidad no merezco.
Mi silencio por ti son plegarias
y en un altar, diosa mía eres venerada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario