- Buenos días cariño.
- Buenos días princesa.
- ¿Llevas mucho tiempo despierto?
- El justo y necesario para darme cuenta que verte dormir pegada a mi es el mejor momento del día y con diferencia.
- Que exagerado eres. Además, con estos pelos de loca, sin arreglar y con los restos de babilla en el labio... estoy impresentable.
- Eso es porque has dormido muy a gusto. Y el ver lo segura que te sientes abrazada a mi cada mañana me hace sentir genial.
- Claro que me siento protegida. Y si encima se que me haces de guardaespaldas vigilando como duermo pues más aún.
- Estas preciosa cuando duermes pero cuando te despiertas iluminas la habitación con la luz de tu mirada y cuando me ves aquí de guardia, sonríes!
- ¿Qué hora es?
- Pues no es muy tarde, casi las 12.
- ¿Recuerdas que hemos quedado para comer a las 13:30?
- Si llegamos un poco tarde tampoco pasa nada, mandamos un mensaje y ya está.
- No, vienen mis padres a comer a casa y tenemos que preparar la comida todavía.
- O sea, que ponerme tan cursi no ha servido de nada, ¿verdad?
- No. Tenemos que levantarnos y preparar las cosas enseguida.
- A partir del fin de semana que viene, vamos a su casa a comer siempre que haga falta, que eso de levantarme y no poder desayunarte.... con lo que me lo había currado...
- Venga, date prisa que sino nos pillan en la ducha.
- Juro que mataría al que inventó eso de tener que comer con la suegra los domingos.
Cuentos, utopías, sueños, pensamientos fantásticos o realistas de una visión personal del mundo que envuelve la carcasa de mis pensamientos los cuales espero que os gusten y compartáis para que más gente pueda leerlos.
sábado, 7 de mayo de 2016
Domingo de suegra
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario