Hay cosas que nunca te dije;
esas cosas que eran para mi la felicidad.
Nunca me atreví a decirte que me gustabas;
Ahora me encuentro en el pozo de la soledad.
Muchas noches, avergonzado de mi mismo
me bañaba en un mar de tristes lágrimas.
Quería quitarme todo aquel pesimismo
e intentar atreverme a saludarte un día más.
De mis sentimientos hacia ti dos testigos hay:
La pluma con la que tantas cartas te escribía
y la papelera donde acababan todas ellas
porque en un sobre ponerlas nunca me atrevía.
Con mil anillos quise obsequiarte
pero no me atrevía ni a mirarte.
Son las cosas de mi triste vida
que no se como explicarte.
Esta carta que a ti te escribo.
Te expreso todo lo que siento.
Eres el destino de mis pensamientos
y de mi soledad me resiento.
Calor de besos, camino de luz.
Dos almas unidas por la fusión.
Promesa eterna de amor para los dos
para gritar de amor y callar en la pasión.
Diosa del amor, de la belleza y la pasión.
Aquí me tienes, tu fiel servidor
esperando el momento y entrar en tu cuerpo
para poder rezar en tu templo la religión de nuestro amor.
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