viernes, 29 de abril de 2016

Macedonia humana

Hace ya tiempo que no sólo las grandes ciudades son terreno multirracial y multiétnico pero sobre todo, somos una macedonia de culturas. Unos dicen que es algo bueno. Otros creen que es el mayor de los desastres. Yo, he de decir que opino que son las dos cosas al mismo tiempo. La diversidad cultural nos enseña a respetar, compartir, incluso mezclar diferentes ideas, pensamientos, maneras de vivir. Hasta la genética va a ir cambiando mucho más rápido que hasta ahora. La otra parte de la moneda nos enseña el peor de los desastres. La verdadera naturaleza humana. Si, la verdadera naturaleza humana es la que todos criticamos en público pero practicamos en privado. Somos egoístas, violentos, incultos y sobretodo mezquinos. Este ataque no es gratuito. Somos así y cuanto antes lo asumamos, antes acabaremos con este mundo que nos legaron nuestros antepasados.

El planeta está en guerra. Pero no está en guerra para que podamos sobrevivir, sino que estamos en guerra para poder ser más poderosos entre nosotros mismos. El planteamiento no tiene sentido. Se lucha por la supervivencia, por los recursos para poder vivir mejor, no para que uno se enriquezca a costa del otro. Nos hemos cargado la selección natural y el problema es ese, que nosotros no nos adaptamos al medio, sino que adaptamos el medio a nosotros. Y ya para rizar el rizo, no queremos compartir las mejoras con nuestros compañeros en la senda de la vida que son el resto de los humanos. Nos matamos los unos a los otros a causa de la codicia, por poseer bienes materiales e inmateriales que cuando nos muramos, no nos podemos llevar a la tumba. Los fanáticos religiosos matan para "extender el poder de Dios". Seamos realistas; Dios no existe y no solamente porque Nietzsche le matara hace unos años. Las deidades varias que hay y que han habido en este mundo son una respuesta que ha encontrado la sociedad en un momento determinado de su historia para explicar fenómenos que la ciencia del momento no ha sabido explicar. Esas matanzas y ansias de poder y control sobre las sociedades solo sirven para acumular sentimientos malvados hacia otras formas de pensar y de ver la vida.

Es muy fácil culpar a esas personas de las cosas malas que nos ocurren. Emigrantes, refugiados, etnias y religiones diferentes. A lo mejor, nosotros somos los culpables de que vengan ya que hemos bombardeado su casa, o les hemos quitado su medio de vida por la contaminación. También puede que hayamos corrompido a sus lideres locales y por eso los del pueblo llano tenga que buscarse el sustento en otras localizaciones del planeta.

Hablando de dinero, habría que plantearse la validez del mercado actual. Tanta globalización que se pregona a nivel político internacional. Será un disparate, pero si todo valiera lo mismo en todo el mundo, que todos fuésemos con una moneda común y que el precio del trabajo sea el mismo en todo el mundo, eso quitaría muchas desigualdades pero claro, a los ricos y poderosos no les conviene. La igualdad de oportunidades para todos los miembros de nuestra raza es inviable con el planteamiento social actual. Nos falta cultura, nos sobran prejuicios.

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