jueves, 5 de mayo de 2016

El plato

Piensa en la cocina de la casa de tu madre. Venga, que no tengo todo el día. ¿Ya? Ahora, que seguro que se te ha olvidado, pon a tu madre en ese pensamiento y que cocine "el plato" ese por el que lo dejas todo en cuanto oyes la llamada a la mesa. ¿Te resulta complicado? Algún plato tiene que hacer bien, aunque sean las tostadas de por la mañana con el pan del día anterior.

Por suerte, sin hacer grandes hazañas y con un presupuesto tirando a modesto en mi casa se ha comido siempre de forma espectacular. Cocina tradicional con producto de temporada y de proximidad, en mi caso la proximidad es tan real que muchas veces se recoge del huerto y ya se elabora la comida. Sin intermediarios. Por eso yo digo que en mi casa, "el plato" es el conejo (de crianza propia) con salsa de zanahorias y cebolla confitada. Creo que es lo más preparado en mi casa a parte del bocadillo de embutido.

Imaginaos el orgasmo sensorial que es para nuestras papilas gustativas cuando degustamos esa carne tan tierna que se deshace al presionarla con la lengua al paladar. Mientras eso pasa, por vía nasal terminamos de procesar el olor a zanahoria y la cebolla confitada a fuego lento. También se nota un poco de ajo y el toque de pimienta molida que luego en boca hace resaltar todos los demás sabores.

Todos tenemos ese plato que nos recuerda a la cocina de nuestras madres y nadie prepara ese plato igual que la madre que nos parió. Unos tendrán la tortilla de patatas (que la de mi casa es la mejor) otros serán las albóndigas con tomate, otros será la paella de los domingos y en tu caso, ¿Cuál es?

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