lunes, 9 de mayo de 2016

El camino.

Pagado el billete, ya puedo entrar. Este viaje va a ser único y se llama vida. Si, soy un bebé que acaba de nacer y te estás preguntando como puede ser que yo tenga unos pensamientos tan lúcidos. Pues es muy sencillo. Los bebes nacemos con las capacidades mentales dispuestas a absorber conocimientos a mansalva. Tanto sobre lenguas, ciencias, habilidades motoras... Las ganas de aprender y las facilidades para ello están a flor de piel. El problema es que vosotros, adultos de pacotilla, nos idiotizáis.

Lo primero, dejad de torturar nuestros mofletes. A ver si os gustaría a vosotros que cada vieja que os cruzarais en la calle os pellizcara los mofletes, os hiciera cosquillas y se dirigiera a vosotros poniendo caras raras, haciendo expresiones extrañas y hablando como si fuéramos todos tontos de remate.

Otra cosa que hacéis los adultos con nosotros es ponernos delante de la caja tonta con esos dibujos animados que van a cámara lenta y que lo repiten todo una y otra vez. Si tu no lo pillas a la primera, te lo gravas y cuando duerma te lo repites las veces que haga falta hasta que quemes el vídeo si es necesario, pero no me rayes. Luego te quejas si te pido que me pongas Frozen 19 veces al día pero tu me has enseñado que la tele se mira así.

Otra cosa que me tiene enajenado es que no me dejáis disfrutar de los verdaderos placeres de la infancia. No puedo ir a jugar a la calle, no puedo hacer campamentos con mis amigos, me dejáis jugar con la consola de turno todo lo que quiera para que esté callado, pero... y si vosotros no hubierais jugado como jugasteis en la calle, seguro que no seríais como sois ahora. Los niños hoy en día no llevamos remiendos en las rodillas ni en los codos básicamente porque no tiene riesgos jugar a fútbol con la consola y los juegos de guerra; ya no os acordáis de cuando en vez de empuñar un M6 con el punto de mira telescópico dentro de la pantalla apuntabais a la vida misma con un tirachinas cargado y un montón de chinas en la recámara.


Nos priváis del poder del aprendizaje. Pero no me refiero al aprendizaje de los libros, que ese también es para darle de comer a parte. Nos dejáis sin la educación de la vida, que cuando te levantas tienes que levantarte con más ganas, que a los mayores se les respeta por tener más cicatrices que tú, Nos idiotizáis para poder tener siempre las de ganar ya que nos consideráis adversarios en la vida cuando somos complementos porque nosotros no podemos aprender sin vosotros y llegará que vosotros no podréis vivir sin nosotros como cuando erais unos bebés y ya se que no os acordáis, pero erais listos.

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