sábado, 30 de abril de 2016

Oclusión

Este poema también lo escribí hace unos años y hoy me apetece rescatarlo.

Tranquilidad, paz y armonía;
en esta playa que veo día a día
donde refresco las preocupaciones
que la vida, me va dando a cada instante.

Agua, que con tu salada ternura
suavemente masajeas los problemas
que poco a poco hacen entumecer
los músculos de este viejo barco.

Atrás se quedaron los días de llena luna.
Aquellos en los que desde alta mar
divisábamos hogueras en la costa
mientras nos perdíamos en el horizonte.

Hora es ya de echar el ancla
y amarrarse en el puerto
mirando cara al viento.
El ciclo de mi vida está ya desierto. 

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