jueves, 8 de diciembre de 2016

Tormento corporal

Cristales puros de agua virgen
resbalan carrillo abajo, pausados,
pasando inadvertidos por medio
del dolor quejumbroso que la estocada
teje sin licencia alguna
intramuros de su cuerpo.

El alma duele, tanto como el cuerpo
mientras el asco se apodera
de ella misma y se expande
hacia todo aquello que la envuelve.
Repugnancia sin precedentes
donde había una bonita sonrisa.

Una vida maldita puede brotar
de este acto perverso
invocándolo a la mente y sentidos
viéndola día tras día.
Más vale poner fin a un suplicio
venido por cambiar la niña por mujer.

Daga que corta las penas
de raiz y sin miedo
causando un dolor placentero
por donde sabes que la vida huye
mirando solo hacia adelante
dando paz al cuerpo atormentado.

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