Las bujías perladas de mi corazón
destartalan la carraca que me da vida
dejándome tirado en el circuito,
arrinconado y sin opción de conquistarte.
Te fijas en ese que acaba de llegar,
tiene chasis deportivo, potencia salvaje.
Caballos ganadores a priori,
la vida es una larga carrera, de fondo.
Pintura desconchada, abolladuras y
algún chirrido que ralentiza las ruedas.
Tanto correr os ha pasado factura.
Yo encontré mi camino y con quien disfrutarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario