miércoles, 5 de octubre de 2016

Mi mundo contra mi

Cae la noche, el astro rey se ha escondido para dejar paso a las tenebrosas nieblas nocturnas. Las calles, desiertas. El aire es tan denso que se puede cortar. Yo estoy a salvo en mi guarida. Observando con disimulo tras la cortina de mi ventana. Silencio atronador que asusta hasta a las sombras. Una luz se acerca, me sorprendo y espero que esté más cerca. Se me hace difícil de creer, es una chica. Sola. Mi desconcierto aumenta. El barrio es muy peligroso. Mi mente es un hervidero de preguntas. ¿Quién es y donde irá? No sabe donde se ha metido, cualquier desalmado puede aprovecharse de ella. Recojo mis armar y salgo fuera. Quedo en la sombra del portal para que no pueda verme. Pasa caminando, como distraida y yo empiezo a moverme, con algo de nervios. La voy siguiendo, salto entre las sombras. Parece que paso desapercibido pero dos calles después, ha desaparecido. Miro hacia todos lados y cuando voy a girarme, noto movimientos. Me han pillado. Pongo la mano en la funda de la pistola y no está. Ha sido ella. Me encandila con la luz de su aura mientras sigue apuntándome con mi arma. Mira desafiante mis ojos. Me interroga con la mirada, no se que hacer ni que decir. Hace un gesto para decirme que nos movamos. Sigue apuntándome. y sin soltar palabra nos dirigimos de vuelta a mi casa. Ella misma abre la puerta y entramos. Desmonta la pistola y acto seguido me dice: el día que confies en ti mismo, no necesitaras armas para derrotar al mundo; ni vivir en una fortaleza que te aisle de la sociedad. Ahí será el momento en el que empieces a vivir, no solo a sobrevivir a las sombras de tu mente.

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