Respiro ese suspiro feliz engendrado en tu alma
cuando me acoge tu boca para darme de comer
ilusiones y promesas feroces, otras con calma
aunque es sabido que el para siempre puede ser
como en muchos otros casos un hasta mañana.
Sutilidad calculada para tu marioneta articulada
moviendo hilos cual araña tejiendo la merienda
me llevas al ritmo farolero del beso de chiquillada
hacia el abismo de la que no tiene enmienda.
Intentaré irme sin un hasta mañana.
Me ataste a mis fantasías más eróticas
ciñéndote al guión que traías preparado
vaciando dentro de ti todas mis esencias
repitiendo una y otra vez por si ha fallado.
Así no podré marcharme ni nunca ni mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario