Cierra la noche despejando sombras,
nace sonrojado, acariciando lento
la brisa mañanera de levante
mientras inmortalizan el momento
mecánicas retinas con cerebro binario.
Alli estamos, abrazados, cariñosos;
celebrando con el nuevo día
el fin de una noche memorable
donde nuestra respiración era musica
y la fricción del sudor una cadencia a repetir.
Unimos los lienzos corporales en acuarela marina
purificando el momento y liberando nuestras almas.
Somos dos gotas más en un mar cristalino
donde cada uno ve dentro del otro
el reflejo de si mismo enmarcado con el sol.
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